Durante los últimos 30 años, la AIVP ha prestado su ayuda para que las ciudades portuarias encuentren su rumbo hacia un futuro más resistente, coordinado y sostenible. Cuando, en 2018, lanzamos la Agenda de la AIVP para 2030, recibimos el apoyo masivo de nuestros miembros durante los siguientes meses, lo que demostró que ese era el camino correcto. A partir de 2020, en respuesta al interés manifestado por nuestros miembros, organizaremos nuestros contenidos en torno a los objetivos de la Agenda, poniendo a disposición más recursos y conocimientos: un objetivo cada mes. A partir del 15 de septiembre nuestra primera serie giró en torno a “Calidad de vida y salud”. Con una estremecedora cantidad de víctimas fatales que sigue en aumento no queda duda alguna de que, en la actualidad, la salud tiene la mayor prioridad para la mayoría de los ciudadanos de todo el mundo.
Las ciudades portuarias pueden ayudar en la lucha contra esta inmensa crisis que afecta también las condiciones de vida de los ciudadanos en las dimensiones económica y social. Durante el mes pasado la AIVP puso a disposición ideas y prácticas recomendables para mejorar la calidad de vida de los ciudadanos portuarios que abarcaron desde la mejora de la calidad del agua a la reducción de las emisiones de carbono. Un debate sobre la salud implica tratar temas como la seguridad y el terrible desastre ocurrido en Beirut. La AIVP inició una reflexión sobre la reconstrucción de esta dinámica ciudad portuaria del Medio Oriente, y participará en forma más directa en el debate sobre los riesgos industriales. En relación con este debate, nos preocupa también el derrame ocurrido en Mauricio, que amenaza las costas de esta isla ubicada en el océano Índico.
En resumen, en un año que ha transcurrido sin conferencias presenciales, la AIVP decidió abordar estos delicados asuntos con más trabajo y más valor añadido que nunca. Nuestra asociación desea estar en primera línea en este nuevo mundo, y nos asombran los notables esfuerzos de nuestras ciudades portuarias en aras de la innovación. Esperamos que esta información sea de utilidad para sus relaciones entre la ciudad y el puerto.
Medición y control de la contaminación: ¿cómo puede ayudarnos la tecnología a mantenernos saludables?
Los temas relativos al medioambiente han sido una de las principales inquietudes de las ciudades portuarias. Antes de implementar medidas técnicas para disminuir el impacto adverso de las actividades portuarias, resulta crucial llevar a cabo evaluaciones más profundas con el fin de comprender su impacto y llegar a las mejores soluciones posibles. La medición de este impacto es también un aspecto fundamental de una mejor gobernanza de la ciudad portuaria, y, además, para aumentar la transparencia con respecto al funcionamiento de los puertos. Esto fortalecerá también la confianza de los ciudadanos tanto en el puerto mismo como en las autoridades que lo administran. Tal como lo demuestra nuestro nuevo asociado, Pixel Port, la tecnología actual facilita la correcta medición del impacto en el medioambiente y la puesta en común de los datos con otras instituciones urbanas para llegar a soluciones combinadas. La Internet de las cosas, un concepto que aparece con frecuencia en los medios, puede ofrecer caminos innovadores con base en los datos generados por sensores implementados en las máquinas y en el territorio portuario. Una de las herramientas clave desarrolladas por Pixel Port es el Índice Ambiental Portuario, un indicador único que fusiona datos de diferentes fuentes y que puede facilitar el intercambio de información. La herramienta está aún en desarrollo, y usted puede ayudar en su perfeccionamiento respondiendo su encuesta. En este artículo encontrará más información acerca de Pixel Port y estrategias de seguimiento.
El agua es vida Y los puertos pueden preservarla.
Para el grupo Suez, una gestión eficaz del agua en los territorios portuarios pasa por un enfoque Smart, que permita vigilar y gestionar en tiempo real la calidad de las aguas, y también anticipar el potencial impacto de las condiciones meteorológicas o de situaciones de urgencia o crisis, para intervenir de forma más rápida. Esto supone, asimismo, dialogar y construir soluciones innovadoras con los diversos actores que componen el ecosistema Ciudad Puerto. Es este mismo enfoque de co-construcción que Suez implementó en Dunquerque (Francia) para transformarlo en un territorio de innovación, particularmente en el ámbito de la calidad del aire. Es también esta misma voluntad de ofrecer lugares de vida de buena calidad, que también encontramos en las soluciones propuestas por Suez para que las ciudades portuarias y sus ciudadanos vuelvan a descubrir sus ríos. La AIVP tuvo el gusto de entrevistar a Suez acerca del delicado tema de la gestión del agua.
Instalaciones más ecológicas para lograr un aire más limpio y mejor calidad del agua!
Otros actores que también ejercen una gran responsabilidad en cuanto a la gestión del agua: los grandes puertos marítimos. También pudimos conversar acerca de esta problemática en una entrevista con Xavier LEMOINE, director de Ordenación Territorial y del Medio Ambiente de HAROPA – Port de Rouen.
Sin embargo, en este diálogo, nos enfocamos en la transición energética del puerto de Ruán, cuya política de descarbonización fue destacada gracias al financiamiento europeo que fue entregado para los terminales eléctricos en las riberas del Sena. Este suministro energético les permitirá a las embarcaciones atracadas apagar sus motores. La política «puerto verde» elaborada por el puerto de Ruán abarca varios ámbitos: bonificación de las regalías en el marco del Environnemental Ship Index, desarrollo de energía solar en los techos, o también en estudios sobre combustibles con bajo nivel de emisión de carbono, tales como el GNL o el hidrógeno. Pero todo depende también de la anticipación, por lo que Haropa – Port de Rouen implementó un dispositivo de alerta con relación a los impactos de la actividad portuaria, gracias a sondas multiparámetros. Las externalidades relacionadas con el drenaje o los desechos químicos son rápidamente identificadas para así ser tratadas.
Todas estas políticas son coherentes con las prácticas de la AIVP, y nos complace mucho dialogar con nuestros socios acerca de la mejor forma de enverdecer las ciudades portuarias.
¿Cómo disminuir las externalidades negativas del sector de los cruceros?
El de los cruceros es uno de los sectores portuarios más cuestionados en las ciudades portuarias. Si bien para algunos son una base para el establecimiento de un positivo vínculo entre la ciudad y el puerto y para obtener beneficios económicos, describiéndose con frecuencia como una actividad “respetuosa de la urbe”, para otros son una fuente de problemas que van desde el impacto al medioambiente al tráfico y el exceso de actividad turística. El poco habitual período veraniego que se experimentó este año en el hemisferio norte nos ofreció una oportunidad para reflexionar en torno al impacto de los cruceros sobre las ciudades portuarias y para llevar a cabo un análisis prospectivo. En un minucioso artículo coordinado por Francesca Morucci y José Sánchez, conocimos la situación de tres ciudades portuarias, Tánger, Burdeos y Livorno, en los que recalaron cruceros durante 2020. Se desarrollaron planes y actividades específicas destinados a la reactivación del sector y a la propuesta de un futuro más sostenible, buscando un equilibrio entre los intereses de la ciudad anfitriona con los de la industria de los cruceros, tomando en cuenta las inquietudes medioambientales y mejorando la comunicación y la coordinación entre las partes interesadas y los ciudadanos.
El debate en torno a los cruceros siguió en el webinar moderado por la Profesora Beatriz Tovar de la Fe, con los puertos de Venecia y Buenos Aires, y la ciudad de Málaga. En el debate pudimos ver que la escala de los buques representa hoy en día uno de los principales retos para ciudades portuarias como Venecia, que están ejerciendo presión para cambiar la tendencia hacia buques de crucero cada vez mayores. “Encontrar el equilibrio”: todos los expositores expresaron su acuerdo con esta idea clave. Pusieron de relieve la necesidad de definir un equilibrio entre calidad de vida, desarrollo económico y externalidades medioambientales. ¿Deberían recurrir las ciudades portuarias a medidas firmes tales como la de imponer limitaciones para pasajeros en tránsito? Esto es lo que propugna Pino Mussolino, de Venecia. Sin embargo, también pueden funcionar las soluciones más flexibles tales como la cooperación de las partes interesadas, tal como lo explica Marcelo Peyregne, de Buenos Aires. La diversificación de las economías locales constituye también un objetivo esencial, de acuerdo a lo subrayado por Pedro Marín Cots, de Málaga. El Sr. Marín describió la manera en que Málaga, que depende del turismo, resintió la suspensión de los cruceros. En el aspecto positivo, en las ciudades portuarias hay cada vez mayor disponibilidad de nuevas soluciones energéticas, aun cuando no está del todo claro cuál es la mejor de todas. Mientras algunos se inclinan hacia el gas natural licuado, muchos otros invierten en el suministro de electricidad ecológica a los buques atracados, lo que reduciría su impacto. Los nuevos planes de inversión pueden acelerar esta transición y reducir el impacto ambiental de estos gigantes del mar sobre las ciudades portuarias.
Adelantarse a los riesgos en nuestras ciudades portuarias. Consignas para una gestión del riesgo del siglo XXI.
Ya sea en Beirut o en Mauricio, o el año pasado en Ruán, los terribles accidentes que ocurrieron reactivaron la desconfianza de los ciudadanos con relación a las industrias y los puertos con quienes conviven. Los cuatro ponentes del webinar que organizamos pusieron de manifiesto las debilidades de nuestra gobernanza del riesgo. Es indispensable cuestionar esta última. Nos impone un nuevo enfoque, que nuestros oradores propusieron en torno a palabras clave: comunicación, transparencia, gobernanza y cooperación. La comunicación y la permanente construcción de una cultura del riesgo son necesarias para que la población pueda adueñarse también de este riesgo. Esto supone una absoluta transparencia entre los actores involucrados, y también para con los ciudadanos, puesto que, en el caso contrario, siempre serán muy desconfiados. Transparencia en cuanto a los riesgos existentes, pero también en cuanto a las soluciones existentes. También debe ser instaurada una nueva gobernanza: una gobernanza colectiva, que reúna a todos los actores involucrados, pero que también se apoye en una entidad independiente para evaluar y controlar los riesgos. A fin de cuentas, este cuestionamiento habrá puesto de manifiesto más que nunca la necesidad de la cooperación internacional y de la mutualización de los medios.
Es posible que, en esta reflexión posterior a la crisis, haya notado que falta algo fundamental. En los meses pasados la cultura se ha postergado con frecuencia debido a la crisis. La AIVP considera que la cultura y la identidad son recursos clave para el fortalecimiento de la cohesión social en las ciudades portuarias. Una identidad cultural común nos recuerda a todos lo que cada uno tiene en común, y es un incentivo para que los ciudadanos trabajen en conjunto para superar la crisis. Las ciudades portuarias tienen una identidad específica, y sus ciudadanos suelen tener una rica historia marítima dotada de una arquitectura particular.
Port este motivo, la AIVP dedicará a la cultura, desde el 15 de octubre hasta el 15 de noviembre próximo, una serie completa de publicaciones. Manténgase atento a más contenidos sobre la ciudad y el puerto.
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