José SANCHEZ on stageLa conferencia «Cruise Dialogue», que se celebró entre el 19 y el 21 de febrero de 2020, reunió en Cartagena de Indias (Colombia) a los expertos de todo el mundo con el fin de analizar los efectos positivos y adversos que tiene esta actividad sobre las ciudades portuarias. Aunque se expresaron opiniones discrepantes que reflejaron las diferencias de percepción con respecto a los desafíos, quedó clara la necesidad de una mayor cooperación entre los puertos y las ciudades en todo el mundo. La AIVP apoyó el evento con presentaciones ofrecidas por sus propios expertos y miembros.

Una conferencia internacional sobre «cruceros, puertos y ciudades»

Este primer Diálogo sobre cruceros fue organizado por la Asociación Internacional de Economistas Marítimos en colaboración con la Universidad de Los Andes y otros participantes de los sectores público y privado. El evento, que fue coordinado por los profesores Thanos Pallis y Gordon Wilsmeier, reunió a expertos universitarios e industriales de todo el mundo para analizar las consecuencias que tiene esta actividad sobre las ciudades portuarias. La combinación entre representantes de la universidad, autoridades portuarias, ciudades y empresas del sector demostró la divergencia en las opiniones y las distintas nociones de urgencia con respecto a cómo enfrentar desafíos tales como el turismo masivo o el equilibrio entre las demandas de la industria y el retorno de la inversión de las ciudades portuarias. La sede organizadora, el Puerto de Cartagena, es uno de los principales puertos para cruceros de Colombia en el mercado altamente competitivo del Caribe.

La AIVP ofrece algunas sugerencias para lograr un equilibrio adecuado entre los cruceros y sus externalidades

view from the sea of Cartagena, ColombiaEl asunto de los cruceros en las ciudades portuarias concita cada vez mayor atención, y actualmente se pone en duda el equilibrio entre sus externalidades negativas y positivas. Si bien los cruceros son, realmente, una oportunidad para acercar a los ciudadanos al puerto y a las aguas, algunos gestores portuarios y urbanos y académicos afirman que el modelo de negocios aplicado por las principales empresas no ofrece los beneficios suficientes como para compensar los efectos adversos que provoca, tales como la contaminación, la congestión del tránsito o la masificación del centro de las ciudades. Por ende, se vuelve realmente necesario que exista un diálogo en el que participen todos los actores relevantes con objeto de hallar un punto intermedio.

Aunque los representantes de empresas privadas se expresaron a favor de los beneficios que ofrecen los cruceros a las ciudades anfitrionas, poniendo de relieve su positivo impacto económico, otros participantes se centraron en los aspectos adversos y en la necesidad de subsanar algunos de ellos. Pese a que el cambio climático y el turismo masivo son problemas globales cuyo alcance excede con mucho a las ciudades portuarias, los cruceros se han convertido en un símbolo para la sociedad. La presión ciudadana está afectando la gobernanza del puerto y de la ciudad, especialmente en aquellos casos europeos en los que el equilibrio es más precario.

La AIVP fue invitada a presentar la Agenda de la AIVP para 2030 y su pertinencia con respecto a las actividades de los cruceros en las ciudades portuarias. José M P Sánchez, asesor estratégico externo, llevó a cabo una presentación en la que explicó el alcance global de la Agenda y su potencial para agilizar las medidas y estrategias de los actores de la ciudad portuaria con respecto a relaciones sostenibles entre el puerto y la ciudad. En su intervención puso de relieve los desafíos medioambientales y sociales que plantean los cruceros y la forma en que los miembros de la AIVP los abordan. La electrificación de los muelles, el suministro de combustibles alternativos, el desarrollo del uso combinado de las terminales de cruceros, o la consulta a las poblaciones locales son apenas algunas de las medidas que pueden adoptarse.

Los miembros de la AIVP demostraron las medidas tomadas para lograr cruceros más sostenibles

La AIVP estuvo representada, además, por varios de sus miembros. La Sra. María del Mar Perez Cortes, encargada de cruceros de la autoridad portuaria de Barcelona (España) se refirió a la forma en que el puerto gestiona el ingreso de más de 3 millones de pasajeros de cruceros. Este puerto destinó 60 millones de euros a la entrega de energía en tierra para los buques atracados con el fin de reducir sus emisiones durante su permanencia en el puerto.

Pino Musolino on stage También estuvo presente durante el debate la autoridad portuaria de Venecia, donde expresó su visión crítica con respecto a la industria. Por ser, probablemente, el más extremo y mediático de los casos, el presidente del puerto, Sr. Pino Musolino, presentó su iniciativa «Cruise 2030» (Cruceros 2030) en respuesta a los desafíos que enfrenta la ciudad. Su principal objetivo, desarrollado en cooperación con otros ocho puertos europeos, es ejercer presión sobre la industria con objeto de desarrollar un modelo de negocios más sostenible. Entre otras medidas, propone una clase de buque crucero «Euromax» más compatible con la escala de las ciudades portuarias históricas de Europa. Cruise 2030 se introdujo originalmente en septiembre de 2019, convirtiéndose en el primer caso en que varios puertos trabajan en conjunto para abordar este asunto.

El Dr. Pedro Marín Cots, del Observatorio de Medio Ambiente Urbano, OMAU, de Málaga (España), participó también en la conferencia, donde presentó una perspectiva urbana. Luego de demostrar el éxito de diversos planes de regeneración urbana en el centro de la ciudad y en la costanera, expresó también su crítica con respecto al aumento del turismo. Costa del Sol, donde se ubica Málaga, es uno de los principales destinos turísticos de la costa española. Según lo explicó el Sr. Marín Cots, el turismo masivo está alterando el entramado social de la ciudad. Los alquileres de corto plazo a disposición de los turistas han generado trastornos en el mercado de bienes raíces al forzar a la población local a abandonar el centro histórico en busca de opciones más económicas. Al mismo tiempo, la turistificación de las calles y plazas tradicionales alteró la diversidad de negocios que solían darse en estas zonas. Además, la congestión urbana es otro problema, ya que los grupos de turistas suelen concentrarse en los mismos barrios y al mismo tiempo. Si bien Málaga aún no ha llegado a su punto crítico, el Sr. Marín Cots manifestó sus dudas en torno al equilibrio entre los efectos positivos y adversos de este sector basándose en argumentos bien fundamentados.

Una indiscutible necesidad de diálogo entre todos los participantes de la industria de cruceros

cruise boat in Cartagena, ColombiaDurante las distintas presentaciones realizadas en el congreso de tres días de duración fue posible apreciar que las opiniones diferían no solo entre las autoridades de los sectores público y privado, sino que también se daban en función de la procedencia de los ponentes. Los representantes de mercados más maduros se refirieron a los aspectos más negativos de la más intensa actividad de los cruceros, llegando incluso a poner en duda el retorno de la inversión en términos de infraestructura o de servicios públicos. Sin embargo, existen también ciudades portuarias que lo aprecian de manera diferente. Los gobiernos locales y central de Colombia y los operadores portuarios del sector privado siguen considerando que la industria de los cruceros es una oportunidad para obtener crecimiento y bienestar internos. El turismo tiene una función significativa en el modelo económico de muchos de los estados caribeños, y en ocasiones es, sin dudas, el principal sector. Este ángulo permite comprender esta perspectiva diferente.

El evento dejó un doble mensaje. Por un lado, en las ciudades portuarias con intensa actividad de cruceros, es necesario que los participantes locales coordinen sus acciones, lo que incluye también a la industria, con el fin de reducir los efectos adversos y recuperar un cierto equilibrio. En algunos casos esto podría implicar la imposición de duras limitaciones a las cifras de pasajeros y cruceros. Por otro lado, es necesario que las ciudades portuarias que son «recién llegadas» al sector de los cruceros aprendan a partir de los casos de ciudades más antiguas y desarrollen planes para darle estructura al potencial de crecimiento y responder a las externalidades negativas. Lo que está claro es que, con certeza, la AIVP y su Agenda para 2030 estarán allí para ayudar a todas las ciudades portuarias en su camino hacia la sostenibilidad.