La AIVP acoge con satisfacción el paquete de medidas ecológicas «Fit for 55» presentado la semana pasada por la Comisión Europea, con el fin de reducir drásticamente las emisiones de gases de efecto invernadero de los países de la UE de aquí a 2030. Entre las diferentes medidas, se ha fijado un nuevo objetivo del 40% de energía renovable para los Estados miembros.
Para la AIVP, el desarrollo de energías renovables, marítima, solar o eólica, en el territorio puerto-ciudad es un elemento fundamental para este objetivo este esfuerzo. La renovación de los edificios desde el punto de vista térmico también es objeto de una nueva norma europea: cada año, el 3% del parque público deberá ser objeto de una renovación de este tipo. Aunque muchos de sus miembros están avanzando en esta dirección, la AIVP pide que se amplíe esta dinámica, con el apoyo de los alcaldes y los gobiernos locales.
Las ciudades portuarias tienen el potencial de convertirse en el motor de la transición energética y ecológica en Europa. La cooperación entre los actores de los territorios urbano-portuarios permite crear sinergias más fuertes que en otros lugares. La ciudad portuaria es un laboratorio en materia de ecología industrial, producción de energías renovables o movilidad sostenible de mercancías y personas, basada en una fuerte intermodalidad. Además, los puertos y las ciudades portuarias forman parte de ecosistemas regionales y corredores urbano-portuarios mucho más amplios, lo que exige una mayor cooperación a nivel provincial, nacional y transfronterizo como condición indispensable para el éxito de la transición ecológica de las ciudades portuarias europeas.
El sector marítimo europeo es responsable de cerca del 10% de las emisiones del sector del transporte de la UE: por tanto, debe desempeñar un papel en el esfuerzo climático. Por otro lado, los puertos ya actúan para reducir la contaminación y potenciales externalidades generadas a las ciudades vecinas. La implantación de sistemas de suministro de electricidad en muelle (cold ironing) es uno de los ejemplos de este esfuerzo colectivo, que es y debe seguir siendo objeto de cooperación y, a veces, de cofinanciación entre las ciudades y las autoridades portuarias, como ya ocurre en algunos casos. A este respecto, la AIVP se congratula de la nueva normativa que impondrá próximamente la obligación de ofrecer energía eléctrica en tierra a los buques, pero lamenta que no se haya llevado a cabo una coordinación exhaustiva a nivel europeo para normalizar la técnica de conexión utilizada.
El reglamento «Fuel EU maritime initiative», que se centra en el desarrollo de combustibles alternativos en las principales ciudades portuarias europeas, es un paso adelante hacia una mayor sostenibilidad. Los biocombustibles, los combustibles sintéticos y la electrificación son formas de reducir el impacto del carbono en la industria marítima. Se calcula que en 2030 los combustibles alternativos representarán alrededor del 10% del consumo de combustible marítimo europeo, y que esta cifra aumentará considerablemente en 2050 hasta el 80%, es decir, la gran mayoría del suministro.
Ninguna de estas alternativas tecnológicas será posible sin un diálogo con los ciudadanos y el apoyo activo de las ciudades y los gobiernos locales.
Las inversiones necesarias para las compañías navieras se estiman en unos 85.000 millones de euros, mientras que los costes indirectos de este cambio de combustible para las autoridades portuarias son estimados por la Comisión en 5.700 millones de euros.
Más allá del aspecto financiero, lo que hay que discutir es la aceptabilidad social de las nuevas tecnologías. La transición energética en las ciudades portuarias requiere un cambio de mentalidad, tanto en la visión del consumo de combustible como en la seguridad industrial: el almacenamiento de hidrógeno o amoníaco cerca de las ciudades representa un reto en términos de protección de la población.
La transparencia será esencial si se quieren desarrollar combustibles alternativos: ni el metanol, ni el bio-GNL, ni otros combustibles sintéticos están exentos de consultar a los residentes locales que vivirán cerca de las instalaciones industriales.
Por último, se necesitará una gran cantidad de recursos energéticos procedentes de la electricidad o la biomasa para producir combustibles alternativos: la Comisión Europea considera que, en el futuro, cerca del 5% de la electricidad producida en la UE podría dedicarse a ello. En 2030, al menos 18 GWh, o el equivalente a unos 20 reactores nucleares o a mil turbinas eólicas marítimas, estarán disponibles para abastecer exclusivamente a la industria de los combustibles marítimos.
Es necesario demostrar a los ciudadanos europeos que la relación coste-beneficio del cambio a los combustibles alternativos es positiva, que merece la pena el esfuerzo. Si realmente es así, las compañías navieras, los puertos y los gobiernos locales deberán implicar plenamente a la sociedad civil.
Esto es lo que intentamos conseguir como participantes en el proyecto europeo «MAGPIE» de puertos verdes, inteligentes e integrados. La AIVP ha asumido la coordinación de la difusión y el diálogo público de este importante consorcio de 6 países europeos. En calidad de asociación que se dedica principalmente a compartir buenas prácticas y conocimientos, con un compromiso que debe adoptar formas más concretas.
Instituciones centradas en diálogo puerto-ciudad, como los Port Centers, ya establecidos en varias ciudades portuarias europeas, pueden desempeñar un importante papel en este proceso. Otros medios, como las exposiciones educativas o los talleres abiertos a las asociaciones y a los ciudadanos, también podrían utilizarse para fomentar la participación ciudadana en la transición energética.
La AIVP está a disposición de las ciudades y puertos que buscan buenas prácticas, siguiendo el ejemplo de las recomendaciones contenidas en su «Agenda 2030 para las ciudades portuarias sostenibles».
Asimismo, existe la posibilidad de participar en nuestras futuras conferencias mundiales y otros eventos para aprender más y conocer a los actores europeos e internacionales del desarrollo sostenible de las ciudades portuarias.