Hace algunos días el puerto de Valencia, uno de los miembros de la AIVP, se puso en contacto con nuestra organización. Habían lanzado una campaña en medios sociales llamada “Al pie del cañón”. La meta de esta campaña era valorizar el trabajo de quienes deben seguir trabajando en estos tiempos difíciles. Aquellas personas como los médicos y enfermeros, cajeros, bomberos, o los trabajadores portuarios. Una de las cosas que estamos aprendiendo de esta crisis es la valoración del trabajo de profesionales que no suelen ser los protagonistas. Tengo la certeza de que ustedes han leído en la prensa de sus países algunos artículos en los que, con toda justicia, se reconoce a estas personas. También hemos observado que es en las ciudades portuarias donde se encuentra a estos héroes anónimos a los que el puerto de Valencia ha querido dar un rostro. Las ciudades portuarias están en la primera línea en esta batalla en contra de un enemigo invisible.
El caso de las ciudades portuarias italianas
Cada uno de los países afectados por el coronavirus tiene preparados planes específicos para combatir la crisis. Tal como lo explican nuestros colegas de Italia (PDF en italiano – lea la introducción en inglés), el primer país europeo en ser afectado a gran escala por el virus, en un artículo publicado esta semana, los puertos se organizaron y comunicaron con sus gobiernos a fin de actuar en forma más directa. Los presidentes de las autoridades portuarias italianas argumentan que los puertos son componentes claves, no solo para superar la crisis, sino también para reactivar la economía en el futuro cercano. Los cambios legales de emergencia que aprobó el gobierno italiano tienen el doble objetivo de reducir el riesgo de contagio, garantizando al mismo tiempo el flujo de productos de primera necesidad y el mantenimiento de las cadenas de suministro. Por cierto, estas medidas demandaron una eficaz coordinación entre los distintos actores del territorio y los niveles de gobierno, y entre los organismos privados y públicos. Estas medidas extraordinarias también fueron repetidas por diferentes gobiernos, entre otros, los de Francia y España.
La otra crisis, el cambio climático, no hay que olvidarla.
Por ahora, seguimos estando lejos de regresar a nuestra vida normal. La lucha continúa, y cada uno de los miembros de la AIVP va encontrando nuevas maneras de contribuir. Sin embargo, no debemos olvidar los otros desafíos a los que se enfrenta nuestra sociedad, como el del cambio climático, la pérdida de biodiversidad, y la transición energética. Esta crisis nos está obligando a modificar nuestros hábitos sociales, desde la forma en que consumimos, nos entretenemos, trabajamos o nos vinculamos con los demás. Sin olvidar a aquellos que luchan ahora, estos momentos pueden también ser una oportunidad para reflexionar en torno a los efectos de nuestras actividades sobre nuestro planeta gracias a las imágenes y mapas que muestran cómo ha cambiado la contaminación en nuestras ciudades. Mientras resolvemos la crisis actual podemos pensar en cómo evitar otra crisis.
Compartamos las mejores prácticas
Por mientras, es necesario seguir trabajando “al pie del cañón”, tal como lo expresaron nuestros colegas. La principal misión de la AIVP ha sido siempre el transmitir provechosos conocimientos a nuestros miembros en las ciudades portuarias de todo el globo. Hoy, en estos complejos momentos, deseamos seguir poniendo en común aquellas prácticas recomendables que marcan la diferencia, especialmente en los contextos locales. Queremos aprender la forma en que las acciones de los gobiernos nacionales como el de Italia se complementan con los planes coordinados de ayuda a los ciudadanos de los puertos y ciudades. Es por esta razón que invitamos a nuestros miembros a compartir sus proyectos con nosotros, los que transmitiremos, posiblemente inspirando ideas en otros lugares del mundo. Puede escribirle a José SANCHEZ.
Si hay algo que esta crisis está revelando es que necesitamos más que nunca trabajar juntos y ser solidarios. La AIVP está aquí, dispuesta a escuchar sus experiencias como actores de primera línea y a compartirlas con el resto del mundo, difundiendo noticias positivas.