Desafío(s)
¿Cómo atraer a ciudadanos, visitantes y empresas hacia las interfaces Ciudad Puerto?
Recomendación(es)
Establecer clústeres culturales
La creación de clústeres culturales constituye una herramienta de desarrollo económico y un impulso fundamental para favorecer el atractivo de un territorio, incluso en un contexto de crisis. Al multiplicar y combinar las instalaciones y los proyectos culturales, se da inicio a toda una dinámica territorial devolviendo la vida a antiguos territorios portuarios y atrayendo a los visitantes y la población. Es además una oportunidad para inyectar una nueva calidad de vida a la interfaz ciudad/puerto y, en términos más globales, a toda la ciudad.
Buena práctica
Creado en 1913, el puerto de Reikiavik se convirtió rápidamente en el puerto marítimo más grande de Islandia y en su principal apertura hacia el mundo exterior. Fue así uno de los más importantes puertos de pesca del país hasta 1962, fecha de la construcción del puerto de comercio de Sundahöfn, al Este de Reikiavik. El Viejo Puerto comenzó entonces un período de transición durante el cual se quebró la relación con la ciudad debido a las estrictas restricciones de acceso impuestas a los ciudadanos. Después de 1990, se amplió el debate relativo a los vínculos entre el puerto y la ciudad, y se multiplicaron las reivindicaciones por un mejor acceso al puerto y para obtener más zonas accesibles al público. En 1997, las autoridades portuarias y municipales de Reikiavik firman un acuerdo en virtud del cual la ciudad de Reikiavik adquiere una parte del puerto Este, además de una parte de la Hafnarhús (Casa Portuaria) y los edificios de los alrededores. El Ayuntamiento decidió instalar el museo de arte de Reikiavik en la Hafnarhús y habilitar la biblioteca municipal cerca de ahí. La idea de implantar en el puerto Este la futura « Harpa », sala de conciertos y centro de conferencias, genera entonces agitados debates, dado que muchas personas consideraban que una zona portuaria no era lugar para una sala de conciertos, un museo ni para ninguna otra instalación cultural. Finalmente, se realizaron estas instalaciones, que fueron complementadas por un Museo Marítimo abierto en 2003 en una antigua planta de congelado de pescados ubicada en el puerto Oeste. Diseñada por el estudio de arquitectos Henning Larsen de Copenhague, en cooperación con la agencia islandesa Batteríið y el artista Olafur Eliasson, la Harpa se inauguró en mayo de 2011. Dos años más tarde, ya había recibido dos millones de visitantes y una multitud de eventos culturales, conciertos de música clásica y de rock, además de conferencias de todos tipos. Actualmente, los antiguos almacenes del puerto Este también albergan restaurantes, tiendas y talleres de artistas, al igual que prestatarios de servicios turísticos. De esta manera, la cooperación entre las autoridades portuarias y urbanas y la implantación de instalaciones culturales ha permitido generar nuevos vínculos entre el puerto y la vida en la ciudad, contribuyendo también a favorecer el atractivo turístico.