En el corazón de un mundo cambiante

El año 2022 ha sido objeto de numerosos acontecimientos importantes que han tenido repercusiones para las ciudades portuarias alrededor del mundo. Desde principios de año, las acciones innovadoras que han adoptado puertos y ciudades se han hecho eco de los temas relacionados con la Agenda 2030 de la AIVP. Las ciudades portuarias han acaparado la atención al combinar conectividad global y acciones locales.

Durante 35 años, la AIVP ha acompañado la increíble aceleración de la globalización. Parecía que el crecimiento del comercio, la movilidad de la gente y el caudal de información eran imparables. Luego, la pandemia de Covid-19 frenó este impulso. El cese de las actividades diarias afectó el crecimiento económico, pero también redujo momentáneamente nuestras emisiones de carbono en un tercio. Este fue el caso práctico más claro para demostrar el vínculo entre crecimiento económico y calentamiento global. Esta crisis sanitaria golpeó con fuerza a las ciudades portuarias en su papel de catalizadoras de la globalización. Sin embargo, los actores de las ciudades portuarias han demostrado su resiliencia y compromiso de servicio a la sociedad con el fin de mantener la cadena de suministro. El retorno a la vida post pandemia no se mantuvo en el centro de atención por mucho tiempo.

En febrero de 2022, se desató la primera guerra interestatal europea desde la Segunda Guerra Mundial. La AIVP manifestó su apoyo a la ciudad de Mariúpol, miembro de la Asociación, en estos momentos tan difíciles.

Las consecuencias de este conflicto armado, que involucra a una de las mayores potencias energéticas del mundo, son catastróficas, en especial para los países en desarrollo. En su calidad de puertas de entrada de las importaciones de materias primas rusas y ucranianas, las ciudades portuarias se enfrentan una vez más a los trastornos geopolíticos. Con la ayuda de las Naciones Unidas, varios buques cargados de granos lograron salir de Ucrania para ayudar a combatir la inseguridad alimentaria global. Muchas de estas exportaciones provienen de la ciudad portuaria de Odessa. Esta crisis que nos golpea, sumada a la inflación, producida en parte por el alza en el costo del transporte marítimo, debe hacernos reflexionar sobre un nuevo modelo de desarrollo sostenible. Las ciudades portuarias son un excelente laboratorio para imaginar la economía sostenible del mañana, ya que fueron uno de los primeros lugares donde se construyó la economía industrial moderna del Siglo XX.

La globalización, tema cercano y apreciado por la AIVP, no ha desaparecido, tal como lo demuestra el repunte en el consumo mundial a fines de 2022, a pesar del alza en los precios. La importante transformación que transcurre frente a nuestros ojos es más bien una reubicación de la producción esencial, del “friendshoring” [1] , y un aumento de la conciencia ecológica. Nuestras ciudades portuarias deben desempeñar un papel para contribuir al éxito de esta aventura planetaria. Esto es lo que la AIVP ha querido proponer durante este año 2022 y seguirá haciéndolo en 2023, con pasión siempre renovada. Los temas de la transición energética o la economía azul, junto con varios otros, fueron materias fundamentales de este 2022 para las ciudades portuarias, pues este año marcó un período sin precedentes de crisis permanente para las ciudades portuarias (debido a razones climáticas, sanitarias, guerra, entre otras). La incertidumbre a corto plazo se está transformando en norma, introduciendo problemas de gestión y previsión de riesgos. Esto influirá en las decisiones relativas a las futuras opciones en materia de desarrollo y las interacciones de las ciudades entre sí.

Nuestros temas más populares este año

La transición energética fue uno de los temas más importantes del año, ya que muchas ciudades portuarias están contribuyendo a ella en forma activa a través de estrategias innovadoras. En febrero, durante la One Ocean Summit [2], puertos de todo el mundo se comprometieron a reducir el impacto ambiental de los barcos antes de 2028. Las conversaciones organizadas por la AIVP durante la misión encabezada por nuestro presidente Edouard Philippe, destacaron medidas claves, tales como el suministro de energía en puerto y la diferenciación de precios. En cuanto a esto, la AIVP y su red han desempeñado un papel cada vez más protagónico. A modo de ejemplo, podemos mencionar el proyecto MAGPIE, que cuenta con la participación activa de la AIVP y dos de sus miembros de larga data, el Puerto de Róterdam y HAROPA Port [3], dedicado a desarrollar puertos multimodales inteligentes, verdes, integrados y eficientes a través de soluciones técnicas y no tecnológicas. A nivel global, las ciudades portuarias han tomado medidas para respaldar la transición energética en forma local, fomentando y apoyando la descarbonización de la industria marítima [4] e invirtiendo ellos mismos en combustibles verdes o energías renovables [5]. Asimismo, los puertos buscan cómo descarbonizar a través de diversos planteamientos innovadores.

2022 ha sido una época crucial para el establecimiento de Corredores Marítimos Verdes tendientes a acelerar el proceso de descarbonización. El rápido repunte de estos corredores verdes radica en la firma de la Declaración de Clydebank [6] en la COP26 de Glasgow (2021). La mayoría de los corredores verdes aún se encuentran en fase de planificación. Estas colaboraciones de los principales puertos se traducen en el suministro de energía en puerto, combustibles libres de carbono en las escalas necesarias de abastecimiento de combustible e incentivos para la descarbonización del sector marítimo. Ya existe aproximadamente una docena de acuerdos de corredores marítimos verdes. Sin embargo, se siguen celebrando acuerdos para establecer estos corredores para buques portacontenedores y cruceros entre diversos países. Será interesante observar los beneficios de estos corredores para las ciudades cercanas a los puertos y su implicancia en ellos. Es importante recordar que los puertos no son el destino final de las mercancías, sino que un eslabón más en la cadena de suministro global. Esto significa que las ciudades portuarias deben enfrentar desafíos: ampliar la cadena de suministro hacia el interior del modo más libre de carbono posible, mediante mayor uso del transporte ferroviario o fluvial; ampliar el enlace marítimo a través del cabotaje (con embarcaciones libres de carbono, propulsión vélica, etc.), incluidas las ciudades portuarias medianas, que han estado más o menos excluidas de los flujos globales durante los últimos 20 años.

La Economía Azul se ha convertido en el punto focal de los países, regiones, ciudades portuarias y organizaciones internacionales post-COVID. Es una herramienta fundamental de la recuperación socioeconómica sostenible a escala local. Estuvo en primer plano de las conversaciones mundiales durante la Conferencia de las Naciones Unidas sobre los Océanos [7], la COP27 [8], y la 17a Conferencia Mundial de la AIVP [9] en Tánger. Dado que la economía azul es un tema transversal, requiere colaboración de las partes interesadas, en especial, si se trata de lograr que el sector sea más sostenible. Se han destinado grandes sumas de financiamiento para reforzar la economía azul en las ciudades portuarias, por lo que sufrieron durante la pandemia. El sector de los cruceros ha tenido la oportunidad de replantearse el turismo marítimo y desarrollar prácticas más sostenibles en conjunto con las ciudades anfitrionas y la sociedad civil. Las ciudades siguen siendo centros de innovación a este respecto ya que permiten que las partes interesadas se reúnan y brinden apoyo para la implementación de proyectos. Según los estudios, se calcula que el 50% del financiamiento del Suministro de Energía en Puerto proviene de subsidios públicos.

Otro tema recurrente fue la adaptación al cambio climático [10]. A medida que más puertos y ciudades sienten los efectos del cambio climático a través de sequías más prolongadas, tormentas más fuertes y el aumento de los niveles del mar, se generan más conversaciones sobre cómo pueden adaptarse las ciudades portuarias. Existen varias opciones, desde soluciones basadas en la naturaleza hasta infraestructura inundable para frentes costeros. La renaturalización de las costas brinda protección para que se desarrollen nuevos ecosistemas, importantes para la estabilización de los servicios que presta el océano al ecosistema. Otro asunto muy importante fue la protección de la biodiversidad marina en la COP15 del Convenio sobre la Diversidad Biológica [11].

¿Y ahora?

El próximo año veremos la continuación de varios proyectos que se iniciaron este año. La AIVP respaldó el lanzamiento de varios Port Centers con nuestros miembros y seguirá haciéndolo. A medida que la economía azul y los temas climáticos adquieren mayor importancia, es crucial que exista un foro para analizarlos. También es necesario que los ciudadanos participen en el debate sobre el reparto y la asignación del espacio acuático, tema que se tratará durante la Conferencia sobre el Agua 2023 de la ONU. Es de esperar que entren en servicio los corredores verdes que están actualmente en etapa de planificación, lo que ayudará a reducir las emisiones del sector marítimo. Asimismo, existen planes para la instalación de parques eólicos offshore y la creación de instalaciones de abastecimiento para combustibles alternativos. Estos temas promoverán las conversaciones entre nuestros miembros durante los Encuentros AIVP, que se llevarán a cabo en Venecia (Italia) los días 16 y 17 de noviembre [12].

¡Gracias por un gran año 2022!

Referencias y sitografía :